Aunque, en criterio del autor, buscar la paz mediante el diálogo con el objeto de poner fin a más de 50 años de violencia, era una necesidad sentida del pueblo colombiano y las conversaciones se iniciaron bajo buenos auspicios en el orden interno y por parte de la comunidad internacional, se cometieron muchos errores durante el proceso; el Estado contrajo sin necesidad demasiados compromisos- que no ha podido cumplir en su totalidad-, a la vez que no exigió de la guerrilla los deberes, obligaciones y garantías que ha debido exigir. Por ejemplo, en cuanto a la reparación a las víctimas y respecto a la verdad sobre los secuestros y la libertad de los menores reclutados.
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Aunque, en criterio del autor, buscar la paz mediante el diálogo con el objeto de poner fin a más de 50 años de violencia, era una necesidad sentida del pueblo colombiano y las conversaciones se iniciaron bajo buenos auspicios en el orden interno y por parte de la comunidad internacional, se cometieron muchos errores durante el proceso; el Estado contrajo sin necesidad demasiados compromisos- que no ha podido cumplir en su totalidad-, a la vez que no exigió de la guerrilla los deberes, obligaciones y garantías que ha debido exigir. Por ejemplo, en cuanto a la reparación a las víctimas y respecto a la verdad sobre los secuestros y la libertad de los menores reclutados.
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